lunes, 8 de abril de 2013

Estepona, Semana santa 2013

Semana santa en Estepona.

Aprovechando que nos fuimos la semana santa a Estepona con mi hermano organizamos un par de escapadas a la montaña (Sierra Bermeja). Sergio por su lado iba a Marbella y decidimos llevarnos las zapas por si surgía la posibilidad de coincidir...
El jueves santo nos fuimos por una pista forestal. Los primeros kilómetros acompañados por mi hermano Jorge, Tomas, Chechu, Sergio y yo.
Es una pista de continua subida pero muy tendida, justo el tipo de cuestas que me hacen falta a mi ahora mismo para el entreno aeróbico.
Hasta el km 5 nos acompañan mi hermano y Tomas. Ahí nos hacemos unas fotos y ellos ya se despiden y comienzan la vuelta a casa. No por saturación sino porque Tomas tiene que irse de viaje. Chechu, Sergio y yo seguimos y quedamos con mi hermano que nos recoja cuando la pista forestal conecte con el camino asfaltado que llega al pico los reales. Tomas nos dice que quedan aproximadamente unos 9 kilómetros. .
A partir de quedarnos los tres solos el ritmo se acelera y yo, sabiendo que soy el más flojo de los tres, calculo mis fuerzas bien para no petar. Me encuentro muy bien disfrutando del buen tiempo (en las noticias daban lluvia y frio, en realidad sol y corriendo sin camiseta), pisando los riachuelos que vamos atravesando llenos de agua y disfrutando del momento en general. Cuando hemos recorrido ya los 9kms (más los 5 iniciales) que nos indicó Tomas ya veo cerca la llegada y yo por ello contento ya que las fuerzas van agotándose. Lo curioso es que solo habíamos ascendido unos 500 metros y el objetivo era llegar a los 750...
En realidad no quedaban 9 kilómetros, a Tomas sin lugar a duda se le da mejor vender bonos en su entidad bancaria que calcular kilómetros J
En realidad no quedaban 9 sino 17kms. Son 8 kilómetros añadidos de zetas por la pista forestal a ritmo de uno que quedó segundo en la copa de Madrid (veteranos) y otro que acabó entre los 15 primeros en el maratón alpino madrileño (mam) del 2012...
Aun cansado he disfrutado de forma bárbara de esta subida. Al final una fuente donde Chechu y yo nos metemos hasta las caderas con las zapas puestas. He disfrutado como un enano de esta salida y yo pensando que Estepona solo era playa y buena comida.
El viernes nos vamos de cena llena de grasas saturadas y unas cuantas copas. Mi mareada cabeza apoya finalmente sobre la cómoda almohada sobre las 04:00am, la verdad que no duermo mucho porque necesito continuamente beber agua y eso condiciona las visitas al servicio. El sábado nos levantamos a las 08:00 para coger rumbo a la salida de la ruta programada para el día. Nos habían hablado muy bien de correr en la carretera asfaltada que llega primero al puerto y luego el pico los reales y ese fue el objetivo. En total hay unos 19 kilómetros hasta llegar al pico y el desnivel es de unos 1500 metros. Mi hermano, que se pega el madrugón para llevarnos - un santo - nos deja al pie de la carretera. Calentamos un poco, sobre todo para darle tiempo a llegar a Chechu, que demuestra muchas más madurez que nosotros y ha decidido quedarse a dormir la resaca, y comenzamos el ascenso. La salida es la caña, de hecho lo más duro de todo el recorrido, vaya rampas, las zapas se pegan al asfalto y las piernas van duras. Poco a poco van pasando los kilómetros y con ello vamos entrando en calor. El clima al igual que el jueves es estupendo, inmejorable diría yo para correr. Sin parar pero al trantran vamos los dos pegaditos y aunque al principio la conversación es fluida al final hasta yo me tengo que callar a pesar de tener mucho que contar.

En el puerto, aprox. a 1000 metros, nos encontramos con dos ciclistas que estaban sentados recuperando el aliento y disfrutando de las maravillosas vistas, con los que intentamos entablar una pequeña conversación. Bordes como ellos solos lo damos por imposible y comenzamos nuestro camino al pico. A falta de 1 km nos adelanta mi hermano acompañado por mi padre en su coche y decidimos subir con ellos. Llevamos ya más de 17 kilómetros y el entreno está hecho. Arriba unas vistas preciosas y un refugio donde nos tomamos un refresco.
Dos días de buen entreno en aeróbico, disfrutando de la montaña y de Estepona. Aparte de la montaña ha habido tiempo de disfrutar junto a la familia de unos estupendos días de relax.

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